sábado, 8 de enero de 2011

Inicio de una nueva etapa (2)

Hace pocos días volví de nuevo a la consulta del Doctor Masià.
Simplemente una consulta de control, para observar la evolución del linfedema después de haber pasado por un embarazo. Simplificando mucho el resultado… podría darle una calificación de ¡Matrícula de Honor!.
Me río cuando veo en mi mente la cara de sopresa del doctor al verme la pierna. Sólo pudo decir “es increíble…, no se ve diferencia…, esto no me lo esperaba, esperaba que hubiera algo de empeoramiento… es increíble”
Y desapareció por la puerta hacia el otro consultorio a buscar su cámara de fotos para inmortalizar el momento. No sé, es difícil explicarlo con palabras, pero una ya sabe cómo se encuentra después de la operación, y sin embargo, cuando ves la cara de alegría de tu cirujano, cuando ves que te dice que has superado sus expectativas… como que aún te lo crees más, aún te sientes mejor, más fuerte, más recuperada, más ilusionada, más segura, en definitiva, de que hiciste bien en dar el paso de pasar por esta cirugía, de haberte puesto en las manos de este doctor, dándole confianza plena en su trabajo.
Y es cierto, continúo con mis 2 cm escasos en la parte alta del muslo, y el medio cm a la altura del tobillo. Sigo sin dolor, sólo con alguna molestia en el muslo, pero que no pasa de ser una sensación de pesadez… ¡y eso que no me he hecho ningún drenaje desde que nació Héctor hace 4 meses! (eso no se lo dije al doctor, si no ¡me abronca seguro!)
Me he vuelto a hacer una nueva media de compresión. La verdad, no he hablado con el doctor sobre la necesidad de continuar llevándola, pero me siento tan cómoda con ella, que no me importa llevarla, y menos ahora que empiezo de nuevo a moverme más. Con el embarazo es cierto que la pierna no empeoró, pero por otro lado también es cierto que hice muchísimo reposo. Además, hasta el 7º mes de embarazo, iba a natación diariamente (de Lunes a Viernes), y si juntamos Natación, media de compresión, masajes de drenaje caseros (suerte que mi marido aprendió a hacérmelos) y mucho reposo… pues es normal que la cosa se contenga de forma suficiente.
Sin embargo, el 8º mes fué distinto, dejé de ir a nadar, me empecé a encontrar mal, se me disparó la tensión, comencé a hincharme, pero a hincharme toda en general… y al final el 8º mes fué mi último mes de embarazo, pues acabé con preeclampsia moderada, y tuvieron que sacarme a Héctor de urgencia en la semana 35. Y a pesar de todo esto… mis piernas seguían casi iguales, apenas me empeoró el linfedema, y eso lo podéis ver en las fotos que colgué en el post anterior, ¿a que apenas se nota que es mi pierna izquierda la protagonista de este blog?
Ahora mismo aún no me he reincorporado al trabajo (sólo voy un par de horas al día), debido a los problemas de espalda del embarazo, que no me han desaparecido, pero puedo salir de paseo con el niño un par de horas, ir al trabajo otro par de horas, incluso dejar mi despacho y ponerme detrás del mostrador el tiempo que haga falta… y al final de la tarde, sigue sin haber cambios en mi pierna. Espero que a partir de Enero, que podré volver a ir a natación, me recupere aún más rápido si es posible. Bueno, entendedme, lo que quiero es recuperar mi espalda para poder moverme con normalidad y disfrutar de la nueva sensación de libertad que me da mi pierna recuperada.
Respecto al doctor, hasta dentro de dos o tres meses no debo volver, y será para hablar de pasar de nuevo por quirófano, pero para hacer una pequeña intervención estética sobre la zona del injerto ganglionar. Como dicho injerto se realizó transfiriendo ganglios, con grasa y piel de la zona, en bloque, ahora tengo un bulto en la ingle que corresponde a ese exceso de piel y grasa, y que ahora hay que retirar con una pequeña liposucción y posterior estiramiento de piel… (creo que en una de las fotos del día del parto se aprecia el bulto que comento).
En fin, entiendo que como cirujano que es, el quirófano no representa ningún problema para el doctor, pero como paciente que soy, como paciente con fobia a las agujas además, para mí sí representa un problema…veremos, a ver si les pido a los reyes una gran dosis de valor para volver a entrar en quirófano, jeje.
Ya os seguiré contando.

lunes, 25 de octubre de 2010

Diario de un linfedema – Inicio de una nueva etapa

Ha pasado bastante tiempo desde mi última publicación en este blog, y han pasado muchas y grandes cosas en mi vida. Bueno, más bien ha pasado algo grande, maravilloso y fantástico en mi vida: ¡HE SIDO MADRE!
Tras un embarazo algo complicado, que me ha obligado a hacer reposo casi todo este tiempo, al final, por complicaciones de última hora, tuvieron que sacar a Héctor por cesárea en la semana 35. Por suerte, todo fue muy bien. El niño nació con 48cm y 2350g, tuvo que estar 3 días en la incubadora, pero al 4º dia ya me lo trajeron a la habitación, y al 5º día nos enviaron a cas a los dos.
A día de hoy, el bebé ya tiene 8 semanas, mide 56cm y pesa 4920g. Está hecho un tragoncete dormilón, lo que se traduce en el buen crecimiento que está presentando.
En cuanto a mí, tengo que decir que me encuentro muy bien, casi recuperada del parto, sin molestias por la cesárea, y, eso sí, con mucho sueño a todas horas del día, jeje. Porque el niño duerme bien, pero eso de darle pecho cada tres horas no es que me deje a mí descansar demasiado. Pero no me quejo, vale la pena sólo por verle la carita mientras come, sus bostezos cuando le entra sueño, su cara de satisfacción cuando está lleno de comida…. ¡aysss! no puedo evitar el amor de madre.
Volviendo al tema, quiero hablar de mi linfedema, que es el tema de este blog.
Tengo que decir que la pierna respondió muy bien durante el embarazo, prácticamente no se hinchó nada. A pesar de necesitar reposo durante todo el embarazo, sí me obligué cada dia a ir a la piscina a nadar (hacía unos 26 largos, excepto a partir del 6º mes de embarazo, que bajé el ritmo a 20 largos). Y hay que reconocer que la natación es un gran deporte apra mantener a raya el linfedema, tanto por el movimiento yel ejercicio, como porque la misma presión del agua ayuda a drenar aunque apenas te muevas en ella.
La peor parte apareció al final del embarazo, sobre la semana 30-31 sí noté que la pierna se empezaba a hinchar, pero básicamente a la altura del tobillo. Esta hichazón al principio desaparecía con algo de reposo, pero a medida que avanzaba el embarazo se hinchaba más, y costaba mucho que desapareciera la hinchazón. Es cierto que en la semana 32 me descubrieron hipertensión gestacional, de la cual me tuvieron que tratar con medicación, aunque no daba muy buen resultado. Día a día la tensión iba en aumento, al igual que la hinchazón de las piernas, que luego se amplió a que se hinchara mucho la cara y las manos.
A pesar de la medicación, y que cada 3 o 4 días aumentaba la dosis de antihipertensivo, la tensión no mejoraba. Finalmente, en uno de los controles me realizaron una prueba rápida de proteína en orina, y dio positivo, lo que señalaba que estaba sufriendo de preeclampsia, y ahí fue cuando mi ginecólogo decidió que había que sacar al niño antes de que ambos sufriéramos daños.
A pesar de todo el estrés de enfrentarse al nacimiento de mi hijo 5 semanas antes de tiempo, pensé en los seguidores de este blog, y le pedí a mi marido que me hiciera alguna foto de mis piernas, para que todo el mundo pudiera ver que, a pesar de todo, la hinchazón que tenía tampoco era nada exagerada.





linfedema en el dia del parto

linfedema- sala de dilatación

En estas fotos, tomadas mientras esperaba en la sala de dilatación a que quedara un hueco en algún quirófano, se aprecia la diferencia entre ambas piernas, aunque la diferencia se ve sobretodo a nivel de pies y tobillos, a la altura de la rodilla ya casi no hay diferencia. Además, en todo el embarazo, a pesar de la hinchazón, no apareció dolor en ningún momento, que era mi mayor problema, con lo que ni me enteré de la pierna.
Lo mejor de todo ha sido la recuperación, apenas pasados 15 días, ya me había recuperado casi del todo, sólo me quedaba un poco de inflamación, limitada a los dedos de los pies, como se ve en la siguiente foto:


Esa pequeña hinchazón en los dedos de los pies, a día de hoy ya ha desaparecido, sigo llevando la media, eso sí, porque además me siento más tranquila, aunque reconozco que en casa hay días que los paso enteros sin ponérmela. Sobretodo me siento mejor para salir a la calle, a pasear con mi hijo, el hecho de notar la sujección de la media me da tranquilidad.
Otra cosa que he notado es que he recuperado movilidad en la pierna, puedo doblarla mucho más, me cuesta menos agacharme, o ponerme en cuclillas (cosa que antes no podía hacer)…. yo creo que ahora lo noto más porque claro, al principio, con la operación, al ser reciente, iba mejorando poco a poco, pero era un proceso más o menos lento. Cuando más notaba la mejora por la operación de linfedema, me quedé embarazada, y, claro, las molestias del embarazo acabaron tapando la posible mejoría que seguía habiendo en mi pierna al estabilizarse ya los resultados del transplante ganglionar, con la nueva formación de anastomosis y canales linfáticos… etc. Pues claro, al pasar el embarazo, y volver mi cuerpo a su situación “normal”, ahora puedo notar todas esas mejoras.
No sé, hay cosas que ni había notado que no pudiera hacer antes, hasta que he visto que ahora las hago, como sentarme con las peirnas cruzadas (como los indios), o sentarme con esa pierna doblada bajo el cuerpo, o incluso sentarme con las piernas dobladas hacia el pecho… todo posturas que ahora me doy cuenta de que antes no podía hacer porque el linfedema lo tenía localizado, sobretodo, en la zona alta del muslo, lo que me impedía la mayor parte de movimientos que requirieran de doblar la pierna, por falta de flexibilidad en esa zona.
Hasta final de año no tengo que volver a la consulta del doctor, hasta que esté bien recuperada del embarazo, y supongo que entonces sí podré hacer la linfagammagrafía que debía haber hecho anteriormente, y que no se realizó al enterarme del embarazo.
Ya os seguiré contando, por ahora sólo quería decir que me encuentro bien, que el embarazo, parto y demás han ido estupendos, y que me he recuperado de todo de forma muy positiva.
Sigo alegrándome cada día de haberme operado, de haber caído en las manos del Dr. Masià, y haber logrado tan buenos resultados.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Diario de un Linfedema - La recuperación

.... y ya han pasado 7 meses de la operación.

Aunque me han llegado comentarios de que alguien que se preocupa por mí cree que me encuentro mal, incluso creo que alguien se confundió creyendo que he tenido complicaciones y debo pasar de nuevo por quirófano, cosa que, por supuesto, no es cierta.
Quiero aprovechar a decir en este blog que no se preocupe nadie por mí, pues me encuentro genial, sigo una evolución fantástica, y la operación está funcionando incluso mejor de lo previsto, teniendo en cuenta de que hasta que no pase el primer año después de la operación no se alcanza el máximo de mejora, y hace sólo 7 meses de mi operación, pero he conseguido una reducción del linfedema casi total, excepto dos centímetros de diferencia entre muslos.
Siento que al final no pudiera acudir a las jornadas de linfedema en Madrid, pues tenía muchas ganas, además de que me habían pedido colaborar como testimonio, y me apetecía mucho mostrar y demostrar a los asistentes hasta qué punto he mejorado. No pudo ser por motivos personales, y encima, lo gracioso, es que mañana voy a Madrid justo por motivos profesionales (¡que pena que las jornadas no hubieran sido este fin de semana!)
La semana pasada tuve visita con el doctor Masià, me encontró bien, y, por ahora, hasta primeros de año ya no tengo visita. Eso sí, ahora toca hacer una nueva linfagammagrafia para controlar y evaluar la mejora interna del sistema linfático. Visualmente sabemos que estoy muy bien, pero el doctor, tan metódico y perfeccionista, no se conforma con el control visual, sino que pide demostraciones con pruebas médicas del grado de mejora.
De hecho me comentó que normalmente le gusta realizar esta prueba 3 veces, la primera, antes de la operación, y las siguientes a los 6 y 12 meses de la intervención. Odio los pinchazos, pero ¡que le voy a hacer!, tendré que hacerle caso en todo lo que me pida, ¿no?, para algo decidí ponerme en sus manos, porque confio plenamente en su capacidad y criterio.

En fin, por hoy no tengo más novedades que contar, lo que más me importaba era dejar claro que me encuentro muy bien, que no se preocupe nadie porque me haya pasado algo malo, o que haya tenido alguna recaida... nada más lejos de la realidad. Además, si así fuera, sería lo primero que escribiría en el blog, que para algo es mi diario personal, en el que cuento mis tristezas, y mis alegrías, mis reveses y mis avances, y, en resumen, mis experiencias, para bien o para mal.